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miércoles, 16 de marzo de 2011

8 Horas de cine (1ª parte)

Quien me conozca sabe que me encanta el cine, sobretodo si es acompañado de un GRAN cubo de palomitas y un litro de Coca Cola Light (si, light, que me gusta más, no es por que tenga menos calorías, eso es una chorrada). Pero hay algo que siempre he deseado hacer en el cine y nunca me he atrevido:

Hacer doblete.

Y con hacer doblete se entiende ver dos películas seguidas o incluso ver la misma dos veces (en alguna ocasión me he quedado con ganas de más) y hace poco surgió la oportunidad de eso... y mucho más.

La tarde empezó a las 4 con Rango:

Rango es una película western de animación protagonizada por un camaleón con la personalidad de Johnny Deep que acaba de Sheriff y liandola parda. No sé que esperaba de esta película pero me sorprendió gratamente con la cantidad de personajes variopintos que pululan el pueblo donde se centra la historia y por las idas de olla que tiene en cierto momento la trama y el personaje, un camaleón que se aburre tanto de su existencia que se inventa su vida y su personalidad como si estuviera actuando en un teatro.
¡El teatro de la vida!

Una de las cosas que más me han gustado ha sido la calidad de la animación, en ocasiones más oscura de lo que uno suele estar acostumbrado (sobretodo viniendo de EEUU) y dotando de vida a cada uno de los bichejos que pululan por la película, todos relacionados con el medio en el que se encuentran, el desierto de Nevada.

No estoy seguro de si van a ser los peques o los más mayores los que disfruten de esta película (creo que los segundos) pero lo que si sé es que como mínimo te hará pasar un buen rato.

Total, que salimos de ver Rango y oigo una voz que dice "¿Y si nos metemos a otra película ahora?". La primera impresión de asombro y de decir "¡¿Pero qué dices?!" duró un segundo, a lo que continuó un "¿Cuál vemos?". Entonces acabamos sentados en unos asientos que hay entre las salas, intentando poner cara de no sospechosos y viendo a que salas entraba la gente ya que no sabíamos ni los horarios ni las salas de ninguna película y esa información solo estaba en el cartel de afuera donde ya tendríamos que pagar otra vez y ese no era el plan.

A los pocos minutos nos levantamos sin rumbo fijo y un chaval que iba con su novia se nos queda mirando y nos pregunta "Oye ¿Qué peli habéis visto vosotros? ¿Esta bien?". En ese momento nos quedamos mirando y pensando el unisono "¡Están haciendo lo mismo que nosotros!". Total, que acabamos recomendandoles "Rango" y ellos nos recomendaron "Valor de ley" y pá alante!

De primeras no quería ver esta película por estar dirigida por los hermanos Coen, idolatrados por muchos pero su "Quemar después de leer" me dejó con la misma cara que se les queda a los que ven el video de "La señal". Vamos, que después de dos años de ver la película aún estoy esperando a encontrarle la gracia a esa mierda. Pero luego leí alguna crítica que la tachaba de la película menos Coen y además estaba nominada a los Oscars y qué cojones, que me salía gratis verla (epic win for me!) así que pá alante!

"Valor de ley" es un western (otro más) protagonizado por una chavala de 14 años que ve como su padre es asesinado y desde ese momento decide buscar justicia, más que venganza. Esta niña de 14 años se lleva gran peso de la película, una chavala que se comporta y habla como un adulto aunque la gente la trate como a una niña pequeña y desvalida. Los otros dos grande pilares son un Sheriff y un Ranger de Texas, Jeff Bridges y Matt Damon respectivamente, el primero contratado por Mattie (la prota) para ayudarle a encontrar al asesino de su padre y el segundo en busca de una recompensa por la misma persona.

En principio parece una misión fácil con estos dos tipejos ayudando a la pequeña Mattie pero las cosas acaban complicándose un poco en un viaje que acabará siendo algo más que solo una carrera para alcanzar al malo. Este trabajo los cambiará a los tres para siempre y hará madurar a una niña de 14 años como pocas veces he visto. Casi dos horas de western, de buenos personajes y buenas actuaciones de las que como he dicho hay que destacar a la pequeña protagonista. Para mi merece la pena ver la película solo por ella aunque el resto tampoco es que desmerezca la película.

Las casi dos horas que dura se me pasaron volando. También comentar que es un remake de una película del mismo título de 1969 que le sirvió a John Wayne para ganar un Oscar. Yo me quedo con ganas de verla.
Pero claro, el título de este post es "8 Horas de cine"así que... ¿Qué pasó después de ver esa película? ¿Que hicimos las 4 horas restantes?Ahhh! Eso lo contaré otro día.

CLIFFHANGUER!!!

1 comentario:

Paco Hernández dijo...

yo he hecho doblete varias veces y lo mejor, seguro que estás de acuerdo conmigo, es la cara del vendedor de la taquilla XDD